Ya podemos decirlo en voz alta: no hace falta cargar el móvil cada día. Android puede presumir de ello
Durante la última década, una mentirijilla de la industria del móvil ha sido la autonomía. Los fabricantes nos dieron más miliamperios, y pasamos de la obligación de cargar el móvil cada noche a la promesa de "aguantar el día y medio". Pero la ansiedad seguía ahí: un viaje, un día de uso intensivo de cámara o unas horas de gaming nos dejaban tiritando en ese 15% antes de cenar. Sin embargo, todo ha cambiado, y por fin tenemos una autonomía digna de la potencia de los últimos chips o los sensores de cámara más vanguardistas.