El legado que dejaron los Juegos Escolares San Francisco de Macorís 2025

Los XI Juegos Escolares Deportivos Nacionales San Francisco de Macorís 2025 no solo representaron un triunfo organizativo, sino también un legado tangible para el desarrollo del deporte escolar dominicano. Su éxito radicó en la combinación de una planificación eficiente, un liderazgo comprometido y una visión clara de que el deporte puede ser motor de transformación social.
Bajo la dirección del Instituto Nacional de Educación Física (Inefi), encabezado por Alberto Rodríguez, quien se entregó en cuerpo y alma al éxito de los juegos. Además, hay que destacar el encomiable trabajo del director técnico, Eddy González, así como la entrega total del reconocido cronista deportivo Junior Matrillé, considerado por muchos —incluyéndome— como el mejor director del Inefi que ha pasado por la Regional 07 de Educación. Junto a ellos, el esfuerzo incansable de un profesional formado en valores como Tony García y de un formidable equipo humano que dio el todo por el todo para que los juegos fueran memorables, demostraron que la excelencia es posible cuando existen voluntad y trabajo coordinado.
Más de 4,800 atletas convivieron en un ambiente de orden, disciplina y bienestar, con servicios de calidad que elevaron el estándar de este tipo de competencias.
El verdadero valor de estos juegos, sin embargo, trasciende los medalleros. Su mayor legado está en las obras que quedan: el remozamiento del Polideportivo de Castillo, el Polivalente de Salcedo, el Polideportivo de Villa Tapia, obras en La Vega y la moderna pista de atletismo de San Francisco de Macorís, hoy considerada entre las mejores del país. Además, el compromiso asumido por el Inefi de rehabilitar el multiuso de Tenares y construir un nuevo polideportivo en el Liceo José Francisco Peña Gómez reafirma el impacto positivo de este evento en toda la región.
A lo largo de la cobertura, como comunicador y director de medios, tuve la oportunidad de palpar de cerca las impresiones de dirigentes, técnicos, delegados y atletas. En todos los casos, el sentir fue el mismo: satisfacción y reconocimiento por la organización. No se reportaron quejas sobre la logística ni sobre la calidad de los servicios ofrecidos, especialmente de las habitaciones y baños climatizados, moderna unidad odontológica, calidad de los alimentos, incluyendo dos meriendas diarias en la mañana y en la tarde, además de una seguridad con un formidable desempeño, lo que reafirma el compromiso del Inefi con la excelencia.
Ciertamente, no faltan las voces críticas que, por intereses personales o políticos, tratan de minimizar los logros alcanzados. Sin embargo, es importante destacar que la mayoría de esas opiniones provienen de quienes ni siquiera estuvieron presentes en las instalaciones deportivas.
Más allá de los resultados deportivos, estos juegos dejaron una lección de gestión pública eficiente y de trabajo colectivo. Cuando las instituciones cumplen su papel y la comunidad se integra, el deporte se convierte en una herramienta de progreso y orgullo nacional.
En justicia, hay que reconocerlo, los Juegos Escolares 2025 culminaron con un rotundo éxito, y me despido con la icónica frase bíblica que reza “Da al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.