El secretario de Defensa de los EE.UU visitará RD con el Caribe en tensión
La República Dominicana recibirá en los próximos días al secretario de Defensa de los Estados Unidos, Pete Hegseth, en una visita anunciada por el presidente Luis Abinader y presentada oficialmente como una jornada de coordinación en la lucha contra el narcotráfico. Pero el contexto regional convierte este encuentro en algo más que una cita de seguridad rutinaria: el Caribe vive su mayor temperatura militar en más de treinta años y Venezuela se ha convertido en el epicentro de una tensión que obliga a Washington a reforzar alianzas y presencia en su entorno inmediato.
El propósito del encuentro es continuar la coordinación de acciones conjuntas en la lucha contra el narcotráfico, fortaleciendo así la colaboración de Estados Unidos y República Dominicana, dijo Abinader.
Estados Unidos y República Dominicana han ejecutado una “colaboración exitosa” en esa materia, por lo que se espera que la visita de Hegseth permita robustecer las medidas y resultados obtenidos hasta el momento, se indicó en una declaración de la Presidencia que, además, prometió detalles informativos adicionales en los próximos días.
“Seguimos trabajando con los Estados Unidos porque esta es una lucha fuerte, y más con algunos países que han aumentado la producción de drogas especialmente de cocaína”, indicó el jefe de Estado.

Soldados estadounidenses realizan un ejercicio con fuego real a bordo del buque USS Iwo Jima (LHD 7) mientras navega en el Mar Caribe. (FUENTE EXTERNA)
Un Caribe bajo presión militar
En los últimos meses, Estados Unidos ha desplazado hacia el Caribe un volumen de recursos navales y aéreos que no se veía desde finales de la Guerra Fría. Cerca de una cuarta parte de todos los buques de guerra que la Marina estadounidense mantiene desplegados globalmente opera hoy en aguas caribeñas.
El componente más visible es el portaaviones USS Gerald R. Ford, el buque de guerra más grande del mundo, acompañado por su grupo de ataque: destructores de misiles guiados, fragatas de escolta, aeronaves de combate de última generación y sistemas de vigilancia aérea capaces de cubrir amplias áreas oceánicas. A esto se suma la presencia de al menos un submarino nuclear, cuya capacidad de acción encubierta conforma un poderoso elemento disuasivo.
Hegseth llegará al país en momentos en que el Comando Sur ha intensificado operaciones con aviones de patrulla marítima, drones de largo alcance, helicópteros antisubmarinos y unidades especializadas que operan desde Puerto Rico y otros puntos estratégicos. La actividad incluye interceptaciones constantes de embarcaciones sospechosas y un control más estricto de rutas marítimas vinculadas al tráfico ilícito.
Venezuela, el eje de la tensión
El despliegue estadounidense adquiere un sentido más amplio cuando se observa el cuadro venezolano. La crisis política interna, las divisiones dentro de la estructura militar, la fragilidad económica y los enfrentamientos entre el chavismo y la oposición han empujado a Caracas a un aislamiento creciente. Washington, por su parte, ha endurecido su presión y analiza escenarios que van desde el reforzamiento de sanciones hasta operaciones que buscan limitar la influencia de redes criminales asociadas al aparato estatal venezolano.
La región, sin embargo, sufre el cierre de espacios aéreos, la cancelación de vuelos comerciales, la militarización de rutas marítimas y la acumulación de medios bélicos que elevan el riesgo de incidentes en una zona históricamente sensible.
RD como nodo estratégico
En este tablero, la República Dominicana ocupa un lugar que va más allá de la cooperación antidrogas. Su ubicación la convierte en un punto de cruce indispensable para el monitoreo de rutas marítimas y aéreas. Además, el país mantiene acuerdos de interoperabilidad y de intercambio de información con Estados Unidos que se han vuelto más relevantes a medida que el Caribe se tensa.
La visita del secretario de Defensa Hegseth tendrá un contenido formal centrado en coordinación operativa, pero llega en un momento en que Washington necesita reafirmar alianzas y proyectar estabilidad en la región. Para la RD, el encuentro significa moverse en el delicado equilibrio de asegurar cooperación estratégica sin verse arrastrada al vértice de una confrontación que no le pertenece.
Una zona que vuelve a ser frontera caliente
El despliegue naval, la situación venezolana y la intensificación de operaciones conjuntas reconfiguran la seguridad del Caribe. Estados Unidos ha convertido nuevamente estas aguas en una frontera prioritaria, no solo contra el narcotráfico, sino como plataforma de influencia y presión geopolítica. La visita que recibirá Santo Domingo es un reflejo del nuevo mapa de un Caribe donde la diplomacia y la fuerza operan al mismo tiempo, y donde cada movimiento militar resuena en todo el hemisferio.